Todos tenían que escribir las letras que dijese un compañero. Si lo conseguían sumaban puntos pero la tarea iba asociada a la pareja y ambos debían escribir la letra de forma que si uno no sabía cómo hacerlo su pareja tendría que ayudarle para conseguir el punto.
Para hacerlo todos teníamos pajitas.
Al finalizar el juego sumaríamos los puntos conseguidos por las parejas. Si llegábamos a 10 puntos por pareja, tendrían el privilegio de poder jugar libremente durante 15 minutos antes de salir al patio.
Conseguimos todos llegar hasta 12.
Ha sido fantástico.
Os dejo unas fotos.